A veces los que diseñamos formación nos enredamos intentando ser innovadores, integrando nuevas tecnologías, materiales y recursos responsive, realidad aumentada, redes sociales, gamificación… y nos olvidamos de lo fundamental: la motivación y los conocimientos previos del alumno.
Estos factores serán el punto de partida real de su aprendizaje y debe ser lo que guíe todo el proceso de diseño e implementación de la formación.
Debemos plantearnos una serie de cuestiones iniciales tratando de ponernos siempre en el lugar del que será nuestro alumno. Practicar la empatía para acercarnos a sus necesidades ¿Por qué asiste o cursa el alumno esa formación? ¿Qué es lo que le mueve o le motiva? ¿Qué es lo que quiere aprender sobre el tema que nos ocupa y por qué?
Las respuestas a estas preguntas son una herramienta tan básica para mí a la hora de crear cursos, que cuando en esta entrevista sobre el Diseño Instruccional (parte fundamental de mi trabajo desde hace años), me preguntan si estoy de acuerdo con algunos colegas que no ven tan importante la motivación del alumno, no entendía la pregunta.
Pero, ¿qué es eso del “Diseño Instruccional”?
Debemos plantearnos una serie de cuestiones iniciales tratando de ponernos siempre en el lugar del que será nuestro alumno. Practicar la empatía para acercarnos a sus necesidades ¿Por qué asiste o cursa el alumno esa formación? ¿Qué es lo que le mueve o le motiva? ¿Qué es lo que quiere aprender sobre el tema que nos ocupa y por qué?
Las respuestas a estas preguntas son una herramienta tan básica para mí a la hora de crear cursos, que cuando en esta entrevista sobre el Diseño Instruccional (parte fundamental de mi trabajo desde hace años), me preguntan si estoy de acuerdo con algunos colegas que no ven tan importante la motivación del alumno, no entendía la pregunta.
Pero, ¿qué es eso del “Diseño Instruccional”?
Debemos plantearnos una serie de cuestiones iniciales tratando de ponernos siempre en el lugar del que será nuestro alumno. Practicar la empatía para acercarnos a sus necesidades ¿Por qué asiste o cursa el alumno esa formación? ¿Qué es lo que le mueve o le motiva? ¿Qué es lo que quiere aprender sobre el tema que nos ocupa y por qué?
El diseño instruccional es el arte y ciencia aplicada de crear un ambiente instruccional y los materiales, claros y efectivos, que ayudarán al alumno a desarrollar la capacidad para lograr ciertas tareas (Broderick, 2001)
Para mí, el Diseño Instruccional es el arte de hacer cursos que verdaderamente le sirvan al alumno desde el mismo momento que lo está haciendo y en los que él siempre es el protagonista. Añadiría que mi intención con cada curso es crear verdaderas “experiencias de aprendizaje” memorables para el alumno.
Para su diseño, en ocasiones, integro técnicas de gamificación, incorporando tanto la motivación intrínseca (puntos, niveles, insignias, ranking…) como la extrínseca (placeres como el logro, la competición, la cooperación…). Por eso también, creo que algo de creatividad y un momento de insight (ese momento de inspiración en el que es necesario tener papel y boli al lado para que no se te vaya), son otras de las herramientas claves para el trabajo de un diseñador instruccional.
Volviendo al tema de la motivación del alumno, para mí es la herramienta básica, sin eso no puedes hacer nada. Nosotros como docentes podemos (y debemos) lograr que crezca esa motivación. Y eso va a dirigir todo lo demás. En mi caso, lo consigo poniéndome en los zapatos del grupo de alumnos desde el mismo diseño del curso hasta su evaluación. Y luego, a nivel individual, lograr que cada uno pueda llevar a su propia área lo que yo les haya podido aportar.
Una formación bien hecha pasa por un diseño bien hecho, donde el alumno y su aprendizaje sean los protagonistas reales.
Para mí, el Diseño Instruccional es el arte de hacer cursos que verdaderamente le sirvan al alumno desde el mismo momento que lo está haciendo y en los que él siempre es el protagonista. Añadiría que mi intención con cada curso es crear verdaderas “experiencias de aprendizaje” memorables para el alumno.
Para su diseño, en ocasiones, integro técnicas de gamificación, incorporando tanto la motivación intrínseca (puntos, niveles, insignias, ranking…) como la extrínseca (placeres como el logro, la competición, la cooperación…). Por eso también, creo que algo de creatividad y un momento de insight (ese momento de inspiración en el que es necesario tener papel y boli al lado para que no se te vaya), son otras de las herramientas claves para el trabajo de un diseñador instruccional.
Volviendo al tema de la motivación del alumno, para mí es la herramienta básica, sin eso no puedes hacer nada. Nosotros como docentes podemos (y debemos) lograr que crezca esa motivación. Y eso va a dirigir todo lo demás. En mi caso, lo consigo poniéndome en los zapatos del grupo de alumnos desde el mismo diseño del curso hasta su evaluación. Y luego, a nivel individual, lograr que cada uno pueda llevar a su propia área lo que yo les haya podido aportar.
Una formación bien hecha pasa por un diseño bien hecho, donde el alumno y su aprendizaje sean los protagonistas reales.
Autor: Melisa Fontán
Publicado por MHP
Fuente: http://www.mhp.es/blogpost/157/La-motivacion-del-alumno-es-la-herramienta-basica-para-disenar-una-formacion-de-calidad
Imagen: https://userscontent2.emaze.com/images/08954b90-cdbf-4197-a2f5-1d75389bbf0a/e061e37098e4a8d981832f4807abea59.png
Publicado por MHP
Fuente: http://www.mhp.es/blogpost/157/La-motivacion-del-alumno-es-la-herramienta-basica-para-disenar-una-formacion-de-calidad
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