Durante los últimos 30 años, los expertos han estado abriendo nuestros ojos al rol que juegan las emociones en el aprendizaje. No podemos considerar solamente las necesidades cognitivas del alumno si intentamos mejorar los modelos de aprendizaje (Pekrun 2014). Un experto en el Instituto de Cerebro y Creatividad de la USC, Mary Helen Immordino-Yang, ha encontrado que las respuestas emocionales preceden a la comprensión consciente y son esenciales para la memoria y la aplicación del aprendizaje (Immordino-Yang 2016).
Con esta renovada comprensión de las emociones en el proceso de aprendizaje, también debemos reconocer que los sentimientos de cada estudiante son únicos. En otras palabras, lo que es negativo para un alumno, puede ser positivo para el siguiente y viceversa (ejemplo: aprender a andar en bicicleta).
Al mismo tiempo, lo que termina en la lucha o incluso en fracaso para mí, podría significar éxito inmediato para usted. Sin embargo, a menudo somos obligados a abordar temas que nos dejan sentir emociones desagradables (ejemplo: aprender nuevas habilidades puede ser abrumador).
Dado el espectro de emociones en juego a lo largo de la experiencia de aprendizaje, nos queda preguntarnos ¿qué diferencias hace si estamos motivados por el miedo, la alegría o cualquier otra emoción? Por lo tanto, vemos que los aspectos más universales del aprendizaje son realmente los objetivos que establecemos en lugar de las emociones que sentimos. Basado en la idea constructivista de que la adquisición de conocimiento es un proceso desde adentro (Chomsky 1979), ¿cómo puede crearse una experiencia atractiva para todos?
Consideremos los beneficios de las emociones en esta era digital. Como se refleja en el cine (Bladerunner, Matrix, Ella, Chappie, ...), las emociones nos permiten conservar nuestra humanidad. Nos distinguen de la tecnología que utilizamos y, lo que es más importante, son un trampolín para el compromiso y la motivación. En otras palabras, Sentimiento> Pensamiento> Acción (Darling-Hammond 2003). En paralelo, las emociones positivas pueden obtenerse durante el aprendizaje para aumentar la motivación. Una variedad de métodos tales como crear interés personal en un tema, infundir la confianza de que es posible alcanzar los objetivos, eliminar la comparación entre los estudiantes y hacer conexiones con la realidad son útiles para asegurar niveles más altos de éxito (Darling-Hammond 2003).